Siempre que te oigo hablar me pregunto a mi misma ¿Acaso sientes tu lo mismo que yo como para obviar tus errores? Creo que tu eres el que los comete, y yo la que ayuda a que no sucedan mas, es decir, la cabeza que piensa es la mía el cuerpo que actúa el tuyo.
¿Ves? Yo estoy aquí pensando mientras tu no paras de errar una y otra vez, dándote en la pared con esa cabezota que tienes.
¡Que no! No eres tonto, eres especial, y por eso estás donde estás... ¡En mi corazón! y si nunca te lo han dicho, aquí estoy yo para confesártelo:
¡No te quiero nada!
No hay comentarios:
Publicar un comentario