Entonces el dio las buenas noches, la abrazó y durmió pegado para dar calor y ejercer esa función que había querido siempre...
Al día siguiente despertó con una sonrisa de oreja a oreja, dándole besos y abrazos, caricias y mordidas, queriendo que jamás tuviese que bajarse de esa cama. No debería haberse ido jamás de esa cama vacía de amor; y así, llenarla.
¡BUENOS DÍAS BONITA! - Bonito tu.
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