martes, 15 de abril de 2014

Locura transitoria

Estoy muy contenta, hoy me he ido de viaje a un país donde puedo relajarme desnuda al sol en la calle, donde los porros que me fumo no me hacen daño y puedo beber hasta que me quedo en coma y al día siguiente no tengo resaca.
El ron de anoche me hizo efecto, hoy sufro de locura transitoria y escribo para dedicarme a otra cosa que no sea abrir un libro de la universidad.

¿¿QUÉ NOS SUCEDE??

No tengo ganas de acariciar el lomo de ese libro de Derecho Penal. He decidido emprender una aventura hacia el monte, y de camino, tropezarme con un árbol gigante que me hable y me diga que en su interior puedo vivir con comida y drogas toda mi vida. No necesito más.

Oh vamos, solo es una confesión de una estúpida que escribe para desahogarse, no lo leáis.

Tras ese día no volví a ser la misma. Miraba con desprecio a todo hombre que quisiera decirme 'te quiero'. Aquella estampa en una mesa de un inútil llorando mientras me mentía a base de te quieros ha quedado en el pasado. Fue terrible ver como marchaba detrás de mi, huyendo cuan cobarde. Cobardes mentiras ¿no es así? Tenía más juventud, mayor ansia de aventura, estaba más cerca, y una pequeña prostituta se había apoderado de el. ¡Vaya! Dije yo, arrepentida de cuanto había dado y menos había recibido. Al par de días ya tenía un hombre mejor entre mis brazos, y aunque no me aportara nada, me dio más placer que en mi vida había deseado. 
Aquel pequeño cabrón había arruinado mi vida. Había deseado su muerte, incluso, pero pensé ¡eso es demasiado paraíso para el! Entonces mi alma gemela me dijo que mayor castigo era perderme a mí por haber preferido largarse con sus mentiras a otro lado, a vivir una gran verdad.
Ahora que estás tu, ha desaparecido la mentira, mi alma está limpia de odio. Ahora solo necesito un poco de tiempo para decir: ¡te quiero! 
Tu eres distinto, eres un poco más verdadero, un poco más mayor, un poco mejor. 
¡Eres la misma mierda que yo! ------------> Tu. 
Todas las noches me haces el amor como nadie, grito de placer a sabiendas que puede escucharme todo nuestro bloque. Tienes todo lo que deseo, y al salir el sol, ya no estás. ¿Se puede pedir más? 

Merece invertir el tiempo que otro me hizo perder en ti, mi querido viaje de felicidad y aventura.

Todos me preguntaban su nombre, y yo les dije: se llama libro, y no hay mayor libertad que adentrarse en el, sentir como la historia se apodera de ti. Creedme, es mejor leerte, que cualquier otra cosa.

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